¿Cuánto dura la merluza en nuestro refrigerador sin congelar?

En plena vorágine del día a día es algo de lo más normal olvidar que hemos dejado la merluza en el frigorífico demasiado tiempo. No todo lo que se encuentra en el refrigerador está destinado a durar eternamente, y menos cuando se trata de productos frescos. El pescado, como la merluza, requiere de un cuidado especial para mantener toda su frescura y sabor característicos; garantizando por ende su inocuidad al consumirla.

Es esencial tener en cuenta el tiempo que permanecen guardados estos alimentos en el frigorífico. Por este motivo desde Lonja de Celeiro os vamos a facilitar la información necesaria para asegurar que tu merluza de Celeiro se conserva en las mejores condiciones y con sus características intactas. 

¿Qué periodo de tiempo se puede mantener el pescado en la nevera antes de que sea necesario congelarlo?

Todos sabemos lo delicioso que puede estar un plato de merluza con unas patatas y unas verduras, pero ¿cuánto tiempo se puede guardar la merluza en el frigorífico antes de congerlarla? La respuesta puede variar dependiendo de varios factores, pero en términos generales, se recomienda que el pescado fresco se consuma dentro de los dos días (como mucho tres) posteriores a su compra en caso de almacenarse en la nevera.

Como ya te hemos indicado, este periodo puede variar dependiendo del pescado. Si el pescado estaba realmente fresco cuando se compró, es decir, capturado recientemente y no ha pasado mucho tiempo desde que fue sacado del agua, el margen de tiempo puede ampliarse algo más. Por contraparte, si ha pasado un tiempo desde su captura puede que sólo te quede un día antes de que sea necesario cocinarlo o congelarlo. 

¿Cómo identificar si el pescado está en mal estado? 

¿Sabías que hay señales que indican cuánto tiempo se puede guardar el pescado en la nevera antes de congelarlo y comerlo sin riesgo? El olor es uno de los indicativos más destacados. Un olor similar al amoníaco o simplemente tiene un olor “pesado”, es probable que no sea seguro consumirlo. Otro detalle que puede ayudar es la textura y el color. Si la carne está pegajosa o si el color ha cambiado de manera sustancial, probablemente sea mejor no correr riesgos y tirarlo.

En definitiva, la regla de oro es que deberías consumir o congelar el pescado dentro de los dos días posteriores a la compra para garantizar su frescura y seguridad. Confiar en tus sentidos también puede ser de ayuda, ante algo sospechoso, mejor no arriesgarse. 

¿Cuáles son las mejores formas de mantener el pescado fresco en el refrigerador?

Ya sea al comprar merluza online o cualquier otro tipo de pescado, una regla esencial para mantener el pescado fresco es no dejar que se caliente demasiado. Por lo que una vez recibas el pedido en tu hogar o al llegar de la pescadería deberías prestar atención a varios consejos para mantener su frescura lo máximo posible.

Uno de los consejos más útiles es colocar el pescado en un recipiente hermético, preferiblemente de vidrio, y almacenarlo en el lugar más frío de la nevera, generalmente la zona inferior. Se recomienda que el pescado esté refrigerado lo más pronto posible desde su compra, y recuerda que dispones de al menos dos días para consumirlo antes de su congelación. 

Lo más importante es minimizar el tiempo que el pescado pasa a temperatura ambiente, por lo que en resumen si quieres mantener la merluza fresca en el refrigerador colócala en la zona inferior de la nevera y en el recipiente adecuado. Sólo así podrás asegurar que, en ese plazo de dos días que dispones hasta su consumición, el alimento no se ha echado a perder y sigue conservando sus propiedades. 

Al comprar merluza online en nuestra app te llevas a casa un pedido totalmente personalizado y en el que podrás encargar desde la fecha, pasando por la preparación o el peso. Desde que sale del mar hasta que llega a tu mesa, la merluza de Lonja de Celeiro se conserva en las mejores condiciones. Se captura en los caladeros del Gran Sol pieza a pieza gracias a técnicas como el pincho o volanta, ambas respetuosas con el fondo marino y permitiendo las mejores condiciones de la carne. 

Una vez en el barco, se eviscera allí mismo y se conserva de manera fresca en una sala de refrigeración. Una vez en el puerto, cada pieza es identificada con un sistema de trazabilidad que controla en todo momento el proceso, tanto desde que es pescada hasta que es vendida. El resultado es recibir en tu hogar un producto de primerísima calidad en las mejores condiciones.